A partir del año 2000, el Club Rotario de Quito-Valle Interoceánico emprendió un proyecto de desarrollo integral de la Parroquia de Nono, bajo la modalidad de Adopt-a-Village.  Aunque situada a escasos 18 kilómetros al noroeste de Quito, la población, de poco más de 1000 habitantes, se hallaba en un proceso de abandono, por la falta de condiciones elementales para una vida digna.

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Hasta la fecha, estableciendo alianzas con las organizaciones existentes en la parroquia y con algunas universidades,gracias al generoso apoyo del Club Rotario de Bern-Muri de Suiza y varios clubes rotarios de California y el de La Fundación Rotaria, así como al aporte de empresas ecuatorianas y benefactores privados, la acción del Club se ha desarrollado en las siguientes áreas: infraestructura, educación, productividad, medio ambiente, salud y ayuda a los adultos mayores.(haga clic para ver más detalles en la página correspondiente)

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Todas las obras y donaciones han pasado a manos de la comunidad, y especialmente de la Junta Parroquial, conformada y dirigida por pobladores que representan a todos los barrios de Nono.

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El impacto del proyecto del Club Rotario es palpable: la población ha aumentado a cerca de 1800 personas, a la par con el desarrollo de la actividad económica y el turismo; el centro de Nono exhibe sus casas con fachadas completamente remozadas y hay muchas construcciones nuevas; Nono cuenta ahora con transporte público en la vía asfaltada Quito-Nono, comunicaciones con banda ancha de Internet, un edificio de bomberos, una cooperativa, dos bancos (tipo “Banco del Barrio” y “Mi Vecino”), tres restaurantes, un centro de convenciones y la granja experimental de la Universidad de las Américas.

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Con su acción social, el Club Rotario de Quito-Valle Interoceánico ha forjado fuertes lazos con la población. Todos los años, los socios del Club disfrutan de la confraternidad con los moradores en los festejos tradicionales de Nono, los grandes eventos de su colegio y los agasajos navideños.