En el año 2003, el Club Rotario de Quito-Valle Interoceánico desarrolló un programa de entrega de sillas de ruedas para ayudar a las personas discapacitadas de los sectores desfavorecidos de nuestro país, cuyos recursos no les permiten adquirir esta herramienta valiosa e indispensable.

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Esta acción se realizó por medio de una subvención compartida que contó con el apoyo de la American Wheelchair Foundation, los Distritos Noruegos 2250, 2260 y 2310 y la Fundación Rotaria. Además, recibió la colaboración activa de la Asociación de Parapléjicos de Pichincha y de la Federación Nacional de Ecuatorianos con Discapacidad Física (FENEDF).

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En total se entregaron 240 sillas de ruedas, en las provincias de Pichincha, Imbabura, Chimborazo, Guayas, Manabí y Santo Domingo de los Tsáchilas. Los beneficiarios estaban repartidos entre tres grupos: un 17% de niños, 70% de adultos de contextura mediana y 13% de adultos de contextura gruesa.

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En febrero 2006, el Club firmó un convenio con la Fundación Hermano Miguel, para fabricar 138 sillas de ruedas financiadas mediante una subvención compartida con cuatro clubes de Noruega y su distrito. A diferencia de otros programas de sillas de ruedas, éste tenía la particularidad de utilizar mano de obra nacional para su fabricación. Las sillas se entregaron a lo largo del año rotario 2006-2007 a personas discapacitadas de bajos recursos económicos. Un 25% de las sillas se destinaron a niños, generalmente con parálisis cerebral.

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En febrero 2020, el Club entregó 5 sillas de ruedas a la Fundación Institucional para la Niñez Especial FINE en San José de Pomasqui.